Un emocionado Paul Lynch, que asumió que en este momento desaparece su “muy trabajado anonimato”, dijo que pese a sus dudas era un libro que sentía que debía escribir, ya que “no quedaba otra elección”
El irlandés Paul Lynch obtuvo este domingo el premio Booker, el galardón literario más prestigioso del Reino Unido, con su libro ‘Prophet song‘, su quinta novela, en la que retrata una Irlanda distópica bajo un régimen totalitario.
“No fue un libro fácil de escribir, mi parte racional pensaba que estaba condenando mi carrera“, dijo Lynch, de 46 años, al recoger el premio en una gala celebrada en Londres.
La obra, que reflexiona sobre el ascenso del populismo y del nacionalismo y la posibilidad de que cualquier familia se pueda ver enfrentada al dilema de convertirse en refugiados, “nos recuerda que somos algo más que nosotros mismos”, a juicio del jurado del Booker.
Un emocionado Lynch, que asumió que en este momento desaparece su “muy trabajado anonimato”, dijo que pese a sus dudas era un libro que sentía que debía escribir, ya que “no quedaba otra elección”.
“Mi escritura me ha salvado”, reconoció el escritor irlandés, el quinto de su país que se hace con este galardón dotado con 50 mil libras y que normalmente sale impulsado a la lista de los más vendidos.
Creo que es importante que los novelistas puedan ser contrafácticos, ya sea escribiendo algo paralelo al presente o una historia que se proyecte en el futuro. Pero siempre hace preguntas sobre lo atemporal y sobre lo que tenemos que prestar atención”, consideró.
‘Prophet song‘ narra el periplo de la familia Stack en un mundo en que las reglas de la democracia están desapareciendo y reta al lector sobre qué haría si su país se deslizase hacia el totalitarismo.
El propio Lynch ha reconocido haberse inspirado para su obra en la guerra de Siria y el flujo masivo de refugiados que dejaron ese país para dirigirse a Europa.
La novela está escrita con un marcado estilo literario y cierto hermetismo, con recursos somo la ausencia de separación de párrafos que acrecientan la atmósfera claustrofóbica.
Con información de EFE
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